Me pregunto cuál es el fin de tanto estrés y esfuerzo. Sé que en la vida tenemos metas, sueños por cumplir que no pueden esperar y que no alcanzaremos por arte de magia, pero a veces hay que invertir tanto tiempo y esfuerzo que la vida se escapa en ese correr de un lugar a otro para lograr lo que queremos.
El mundo parece estar controlado por un reloj gigante que va más rápido de lo que podemos asimilar. Va tan rápido que no nos damos cuenta que no estamos viviendo, que nos falta el aire para disfrutar de la tranquilidad.
No recuerdo cuándo fue la última vez que me relajé y me senté a no hacer nada sin sentirme culpable, sin sentir que en realidad podría estar usando ese tiempo para hacer algo útil, para hacer más dibujos, para planificar nuevos proyectos.
El punto es sentirme culpable, porque no hacer nada lo hago muchas veces, pero con la angustia de estar perdiendo el tiempo y al final, lo que tenía que ser una hora de descanso termina siendo un nudo de pensamientos pesados y así van los días, con la sensación de no parar, de estar en constante movimiento a veces muy bien otras veces sin ganas.
Muchas veces dejo de hacer cosas que quisiera porque “estoy ocupada” o porque tengo que terminar algo que no puede esperar. El problema, es que cuando no voy a la playa cuando mi cuerpo me lo pide, o no desconecto cuando en realidad debería hacerlo se va creando en mi pecho una nube negra que me oprime, un sinsabor que no sé describir. No sé si llamarlo cansancio o agobio.
Creo que no soy la única con esta sensación. Vivimos en una sociedad donde cada vez es más difícil mantenerse. Tenemos un alquiler, la luz, el gas, el agua, la compra y tantas cosas más por pagar, o por lo menos esa es la excusa, si no trabajo, si pierdo tiempo ¿Cómo hago a final de mes?
Así pasan los días, en una constante carrera de obstáculos en el que caerse cuesta caro. Pero, ¿en realidad merece la pena? Estoy segura que debe haber una fórmula secreta para vivir sin correr tanto. Organizarme mejor es una, pero a lo mejor debería empezar por desconectar e intentar no hacer nada por cinco minutos y disfrutar ese momento